martes, 14 de junio de 2011

Golpe franco al balonmano español

Por Sopenilla
A estas alturas, afirmar que la crisis económica está golpeando al deporte resulta poco menos que una obviedad. Ni siquiera el fútbol, amparado en su fortaleza mediática, resiste incólume el embate de este tsunami. La 2ªB se resquebraja por sus cuatro costados y la sombra de quiebra técnica se cierne sobre varios equipos de primera y segunda. Pese a la sangría financiera, muchos aficionados aún se aferran a la longevidad de su club como si fuese un mantra que lo hiciera inmortal. En otros ámbitos, caso del balonmano, nadie medianamente sensato sigue creyendo que son eternos. Las glorias pasadas de Irún y Santander, en otro tiempo franquicias de postín, reposan hoy sobre las hemerotecas.

El ejemplo de Elgorriaga y Teka –con sus respectivos benefactores a cuestas– puso al descubierto su endeblez institucional. Enfocada a la consecución de títulos, la inyección económica de la que ambos gozaron no tardó en desaparecer en cuanto el éxito deportivo dejó de sonreírles. Cerrado el grifo, el primero quedó enfangado en la división de plata y el segundo pasó a mejor vida. Contra toda lógica, el desengaño de asistir a su decadencia no derivó en autocrítica por parte del resto de clubes. Tras una temporada en la que la falta de liquidez ha sido una tónica dominante en la liga ASOBAL, quizá sea un buen momento para que el balonmano español haga, por fin, examen de conciencia.

Más allá de Barça y Ciudad Real, la supervivencia del resto de equipos se ha convertido en una carrera por eliminación: casi la mitad no paga o tiene problemas para hacerlo. En un deporte en el que los ingresos son limitados, el gasto pende como una espada de Damocles. La inversión no asegura el éxito, pero sí figurar en la elite. Fuera de este escenario, contar con una estructura profesional es una quimera. Como, en último término, siempre queda la opción de vender tu plaza, muchos clubes prefieren vivir por encima de sus posibilidades. Así que, a diferencia del fútbol, el endeudamiento aquí no es sólo una huida hacia adelante, sino más bien la salida fácil a un círculo vicioso.

Analizado en frío, la verdad es que la competición tampoco facilita mucho las cosas a los directivos. Con 16 representantes en liza, y sin play-offs que ofrezcan segundas oportunidades, el título prácticamente se dilucida en un único enfrentamiento a ida y vuelta. Los puestos europeos no seducen sobremanera por el quebranto económico que suponen en forma de viajes. Y la televisión, lejos de suponer un alivio, tiende a poner la puntilla. Como eslabón más débil en la oferta del ente público, los horarios de los partidos suelen ser objeto de contraprogramaciones.

Una quiebra en cadena

Con este panorama, no resulta extraño que unos cuantos clubes estén en vías de ser rescatados. El primero en izar la bandera blanca fue el Alcobendas que, a mitad de temporada, decidió aplicar un plan de choque a la medida de Angela Merkel. Apurado por las deudas, el conjunto madrileño dio la carta de libertad a toda su plantilla y subió a sus juveniles al primer equipo. Queda claro que, para advertir que una liga está devaluada, no es necesario que Mou haga cábalas sobre el once del Sporting. Los 5 puntos sumados por los ex-pupilos de Rafa Guijosa a lo largo de toda la campaña hablan por sí solos.

El grueso de los desempleados –incluido el propio Guijosa– se pasó en bloque al BM Toledo, pero sus condiciones laborales no mejoraron en exceso. A las primeras de cambio, su nuevo club les propuso una rebaja del 10% de su salario. Los jugadores se negaron, inducidos quizá por el impago previo de varias mensualidades. En la directiva, los hay que aún confían en que el ayuntamiento tirará de subvención para cubrir las partidas atrasadas. Especulaciones al margen, lo que parece incontestable es que el equipo estuvo toda la segunda vuelta sin puntuar haciéndose acreedor al descenso.

Mientras que Rubiales, el líder sindical de la liga de fútbol, amenaza de manera recurrente con la convocatoria de huelga; el mítico David Barrufet, su homólogo en la AJBM, ya ha se estrenado a la hora de repeler este tipo de lanzamientos. El Antequera no forzó ningún parón liguero, pero sus jugadores –entre ellos Rafa Baena, hasta entonces ‘pichichi’ del campeonato– se negaron a pisar el parqué ante la visita del San Antonio. Para evitar males mayores, el club no tuvo más remedio que recurrir al filial. Con todo, ni la permanencia peligró en ningún momento, ni tampoco la carrera profesional de los huelguistas, muchos de los cuales se habían asegurado un nuevo destino para la próxima temporada con anterioridad a su plante.

‘Históricos’ como Arrate y Granollers, por su parte, también se vieron afectados por esta situación. Pese a que la deuda, en ambos casos, supera ampliamente el millón de euros, las medidas de protesta protagonizadas por sus respectivas plantillas quedaron reducidas a meros actos simbólicos. En comparación con la pérdida deliberada de puntos, el hecho de dejarse barba apenas inquietó a dirigentes y aficionados. A juzgar por la posición en la tabla del cuadro vallesano, está visto que rendir a buen nivel tampoco sensibiliza. Haya o no pretextos, la cuestión es acumular impagos.

La venda en los ojos

En esta tesitura, todas las partes implicadas no han dudado en hacer un llamamiento unánime a la austeridad. Un mensaje apropiado de no ser porque la venda, en vez de aplicarla a la herida, ha servido más bien para taparse los ojos. Vista desde fuera, la Comisión de Seguimiento a tres bandas que formalizaron liga, federación y sindicato, ha parecido más un descargo de responsabilidades que un diagnóstico real del problema.

En palabras del gerente de la AJBM, el también ex-portero Claudio Gómez, la mayor parte de los impagos no se deben a incumplimientos de contratos. Al menos, de los oficiales. Lo cual hace presuponer que, en la práctica, clubes y jugadores rubrican segundos acuerdos, no reconocidos públicamente, en base a los derechos de imagen de éstos últimos. Una manera sutil de sortear el control de la Comisión, que sólo tiene potestad para evaluar los presupuestos de los clubes en función de las copias de los contratos remitidas ante la liga. Con tal de no ajustarse el cinto, da la impresión de que existe un acuerdo tácito para hacer la vista gorda y realizar conjuntamente un brindis al sol.

Mientras tanto, los hay que prefieren explorar otras vías, como el BM Valladolid. Escarmentado en cabeza propia, su presidente no tuvo más remedio que ceder parte de su plantilla, a una semana del cierre liguero, para disfrute de un club libanés. Hablamos de 80.000 euros a cambio de ocho jugadores. Una suerte de prostitución deportiva enfocada a que el Al Saad disputara, con un mínimo de dignidad, la Super Globe, el equivalente al ‘mundialito de clubes’ de la FIFA. Con una plaza de Champions aún en juego –el equipo terminó quinto en liga tras su derrota contra Ademar apenas dos día después de regresar de Doha–, la llamada de nuevos inversores no podía esperar. ¿Será que los petrodólares también han llegado a nuestro balonmano?

jueves, 9 de junio de 2011

Rosell y las secciones modélicas

Por Sopenilla
Resonaban los ecos de la portada de Newsweek al mejor equipo de la historia cuando el anuncio del recorte presupuestario ha puesto en solfa los valores de la institución culé. Por si fuera poco, alguien se encargó de avivar el debate recordando las promesas electorales de Rosell. Esas que auspiciaban un fortalecimiento de todas las secciones en caso de llegar al cargo. Más allá del enfado por verse incumplidas, está el bochorno de acabar en la misma encrucijada que su eterno rival. Una cosa es que Mourinho eche por tierra el señorío madridista, y otra bien distinta que la crisis te obligue a ser menos que un club.

Sin duda, la cuestión se presta a la demagogia barata. Por un lado, la defensa de un modelo. Por otro, el pragmatismo que demuestra el seny catalán cuando oye hablar de pelas. En medio de esta disyuntiva, que se asemeja a la idea de subvencionar un sector no rentable a costa de no incrementar la plantilla de esa empresa llamada INEM, se sitúa el fútbol-sala. A principios de año, fue la Copa de la Liga. Hace escasamente un mes, la primera edición de la Copa del Rey. A partir de este fin de semana, el asalto a la liga. Un triplete histórico que pondría al Barça Alusport a la misma altura que las secciones de basket y balonmano. Un argumento contundente que no hace sino alimentar la controversia de reducir o no la inversión para todo lo que no sea fútbol.

Visto en perspectiva, lo cierto es que, fuera del hermano pequeño del deporte rey, tampoco habría muchas más disciplinas de equipo en España por las que apostar. Con permiso de Galicia, que este año ha recuperado el cetro europeo sobre patines, tanto el hockey como el waterpolo están en manos de clubes históricos catalanes ajenos a la influencia blaugrana. Ahora que, gracias al voley, sabemos que Teruel sí existe, quizá alguno piense que aquí habría margen para acumular más títulos. El único problema es que, en comparación con el fútbol-sala, al balonvolea patrio no se le recuerda ninguna hazaña memorable.

El corredor del Henares, mejor que el Barça

Por el contrario, hasta que #iniestademivida nos rescató de nuestra secular maldición mundialista, la responsabilidad de dar la cara con un balón atado al pie siempre recayó en el fútbol-sala. En la práctica, resultaba del todo punto lógico. Un país que seguía el fútbol por la tele y lo jugaba en dimensiones reducidas. En cuanto locos como José María García lo profesionalizaron a finales de los ochenta, el número de fichas federativas comenzó a dispararse. Una dinámica que sólo los campos de F-7 –la única medida eficiente que se le recuerda al organismo que preside Villar– ha podido romper en los últimos tiempos.

Una vez que la televisión desembarcó, con un Nacho Aranda oficiando de Lobato en los comienzos de A3, el Barça no pudo desentenderse de la moda. Participó en la primera liga y logró mantenerse en la brecha frente a insignes franquicias del corredor del Henares como Redislogar Cotransa o Pennzoil Marsanz. Pero entre éstas, pequeños reductos como Talavera de la Reina (Caja Toledo) o Murcia (Pozo) y, sobre todo, el imperio verde de Interviú, se encargaron de que los culés no rascaran nada. Pese a que hombres como Vicentín, Javi Lorente o Jesús Clavería hablaban del buen nivel de los jugadores nacionales, brasileños como Paulo Roberto y Chico Lins o el paraguayo Carosini, marcaban demasiadas diferencias.

La directiva azulgrana no vio la necesidad de competir con esos fichajes hasta que en 1998 se produjo el descenso del equipo a División de Plata. En este sentido, sólo la llegada de Joan Laporta supuso un punto de inflexión en la lucha por otro objetivo que no fuera el ascenso y la permanencia. Con él aterrizó Javi Rodríguez, piedra angular del proyecto que hoy día es el Barça Alusport. Al capitán se sumaron otros jugadores consagrados como Torras; lo mejor del panorama brasileño, como Wilde y Fernandao (éste último nacionalizado); y las promesas emergentes del mercado nacional. Algunas, como Cristian, ya se han consolidado en el primer equipo. Otras esperan su momento en el filial, que milita en División de Plata.

Con Inter y Pozo en pleno proceso de reciclaje, la hegemonía barcelonista tiene visos de prolongarse. Todo sea que Rossell no retire los fondos. Por si acaso, en vez de que Marca patrocine una liga que no le interesa retransmitir más que cuando no hay fútbol para rellenar la parrilla, sería preferible que Florentino obviase perseguir la décima y cambiase el basket por este deporte. Sería una buena excusa para que Guti dejase de hacer el gilipollas en Turquía.

viernes, 6 de mayo de 2011

El Maccabi y el Mossad, contra el Madrid y Bin Laden

Por Johan Einstein (Tel-Aviv)
El Maccabi Tel-Aviv se enfrenta hoy al Real Madrid en la Final Tour de Barcelona. Cualquiera que haya asistido a uno solo de las decenas de duelos entre estos equipos en las últimas décadas, en aquellos mágicos torneos de Navidad hoy defenestrados por el Madrid, en Copa de Europa, Euroliga o donde sea, recordará esas presencias trajeadas en torno al banquillo macabeo. Ojos atentos. ¿Al partido? Más bien a todo menos al partido. Las exiguas camisetas de tirantes del equipo rival son las únicas que no pueden esconder un arma.

Son agentes del Mossad. Más de diez en cada desplazamiento del Maccabi. No todos se apostan alrededor del banquillo. También los hay en otras zonas del pabellón. Los responsables israelíes de seguridad pactan con los anfitriones exigentes cacheos a la entrada del pabellón. Ellos los supervisan. Hoy también revolotearán, gesto ceñudo, traje impecable, cerca de Sergi Llul o Felipe Reyes.

En el diario más leido en Israel, Yediot Ajaronot, se hacen eco de las fuertes medidas de seguridad que han tomado las autoridades de Barcelona de cara a la Final Four. Básicamente por la llegada del Maccabi y la presencia de miles de seguidores israelíes. "Los chequeos en el Pabellón se esperan más exigentes que nunca, así como la seguridad en torno a la delegación del Maccabi y en las zonas donde se reúnan los aficionados de Israel", afirma el rotativo.

El Maccabi es el equipo de baloncesto más protegido del mundo. Cada viaje al extranjero es un dolor de cabeza para los organismos de seguridad de los anfitriones. La alerta sobre posibles atentados es la norma. Esta semana, no es una alerta sino un alertazo. La resaca tras la muerte de Bin Laden asusta. Y hay pocos embajadores de Israel tan conocidos y medáticos como el Maccabi Tel Aviv. Solo las curvas y sonrisa de Bar Refaeli compiten con los gigantes del balón.

Más de 5.000 israelíes acudirán a Barcelona para apoyar al Maccabi Tel Aviv en su clásico de cada temporada: la final Four. La búsqueda de una entrada es el nuevo deporte y según cuentan los aficionados israelíes en la capital catalana, el objetivo es el seguidor del Barça que compró entradas hace tiempo dando por seguro que el campeón de Europa defendería el titulo en su casa. Ahora quieren deshacerse de la entrada, no vaya a ser que el imprevisible Real dé la sorpresa y la vuelta triunfal en el Sant Jordi.

La victoria del equipo de Tel-Aviv pasa por defender bien a Llul, Suárez, Rodríguez y Tomic. La victoria de los diez del Mossad, por defender bien a los 5.000 hinchas del Maccabi y a los 12 que juegan. Ellos serán los únicos israelíes que esta noche no vestirán de amarillo.

miércoles, 20 de abril de 2011

El chocolate se fundió en la NBA

Por David Burress
¿Se imaginan un tipo blanco de 1,85, entre dos negracos de 2 metros x 2 metros como Lebron? Pensarán: ése es el malo. Pues no. Esto no es “Los blancos no la saben meter”. Con Jason Williams cambió la película de los jugadores de raza blanca en la NBA. Muestra de ello es el apodo que recibió Sergio Rodríguez al llegar a la NBA: "Spanish White Chocolate”, seguramente el jugador más parecido a Williams de la liga norteamericana. Fue tan grande el impacto del base de Charleston que se convirtió en uno de los 5 jugadores que más camisetas vendía de toda la NBA.

Ayer se retiró Chocolate blanco Williams. Un día triste para los que amamos la imaginación en una cancha. Un Guti del baloncesto elevado a la máxima potencia en el que cada pase tenía que ser el pase del siglo y la defensa, un arte menor para los que se ganan el pan con el sudor de su frente. Williams no sudaba mucho. Nosotros sí cuando nos levantábamos del sofá a las 5 de la mañana.

“Chocolate blanco” probablemente sea el mejor apodo de la NBA. ¿Un blanco ennegrecido? No ¿Un jugador de padre blanco y madre negra o viceversa? No. Un blanco jugando en la NBA como si de un “playground” se tratase, protagonizando todos los TOP semanales e inventando maravillas como el pase con el codo que realizó en el partido de Rookies a Raef Lafrentz en el All Star Game del 2000. Genio y figura hasta la sepultura, declaró en rueda de prensa que hizo ese pase para que no le pidieran más en la vida que lo repitiese.

Magia y marihuana

Tradicionalmente, los jugadores blancos son reconocidos por no llevar tatuajes. Ahí Jason Williams también trasuda black soul… En uno, en sus nudillos, pone "White boy". Y no se quedaba en los dibujos corporales. “White Chocolate” se saltó las normas desde el Instituto por su afición a la marihuana. Casualmente en el equipo de Futbol Americano de su high-school fue compañero de Randy Moss, receptor estrella en la NFL y actualmente en los Titans. Ambos han seguido trayectorias similares: admirados por su talento, conocidos por sus fechorías.

En la Universidad de Florida, promediaba 17,1 puntos y 6,7 asistencias cuando fue apartado del equipo toda la temporada por consumo de drogas unos meses antes de finalizar la “regular season”. O sea, que venía de tres suspensiones previas. Aún así se presentó al draft y fue elegido en 7º lugar por los Sacramento Kings antes que Nowitzki (9º) o Paul Pierce (10º). Aquí llevó al culmen el famoso “passing game” de Rick Adelman, por cierto despedido esta semana de Houston y ¿futuro entrenador de los Lakers?

El 20 de Julio Williams fue suspendido los 5 primeros partidos por no cumplir con el programa anti-drogas de la liga al que estaba obligado. Desde los Kings fue traspasado a los Grizzlies donde jugó con Pau Gasol hasta que fue enviado en el verano de 2005 a Miami, equipo con el que consiguió su único anillo de campeón en 2006 junto a Wade y Shaq.

El 7 de Agosto firma por los Clippers y el 26 de Septiembre, sin debutar anuncia su retirada para, el 20 de Febrero de 2009, enviar una carta a la NBA pidiendo regresar. Orlando le ficha en el verano de 2009, le renuevan y es despedido esta temporada en enero. Y ficha por los Grizzlies… que lo cortan para estos playoffs. Y colorín colorado…

Eso sí, nos deja esta temporada una sanción por agarrar del brazo a un árbitro y una expulsión por doble técnica jugando con los Magic, que ganaban de 30 a falta de 3 minutos. Ahí terminó de fundirse el chocolate blanco.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El baloncesto según 'The Wire'

Por Nunn

“Cuando camines por el jardín / vigila tu espalda”


Cuesta pensar en una serie más descarnadamente apegada a la realidad que ‘The Wire’. La capacidad de mostrar el submundo del narcotráfico desde todos los prismas posibles, desde las manos más ensuciadas a los cuellos de camisa más blancos alrededor de un mismo negocio, la convierten en una obra maestra que combina una ficción brillante con una estética a veces tan documental que acongoja al más pintado. Una de esas producciones que marcan una frontera en la historia de la tele.

Los seguidores de la serie no habrán dejado escapar la huella del baloncesto en sus capítulos. Recuerden aquel camello al que descubrieron que estaba robando por la camiseta de Wes Unseld de los Baltimore Bullets que no se podía permitir sin mangar. O la primera vez que vimos a Proposition Joe, en ese All Star entre el Este y el Oeste en el que él y Avon Barksdale reclutaban a los mejores chavales del barrio. O cómo la madre de Namond agasaja a su hijo gastándose la pasta que recibe del encarcelado Wee Bay con la camiseta de Artis Gilmore de los Chicago Bulls. Tampoco es casualidad que lo único que los niños de la clase de Bunny Colvin conocen de Philadelphia es Allen Iverson, que Mike trata de que Bug escape de la realidad ojeando una revista 'Slam' y hablándole de Elton Brand o que a Clay Davis le agarren por el dinero que desviaba de una ONG de baloncesto

Ese microuniverso en el que el futuro es mirar por encima del hombro para esquivar la siguiente bala tiene como bandera el baloncesto. América tiene cuatro grandes deportes ‘nacionales’, pero el asfalto es reino del basket. Y para Baltimore, epicentro de esa realidad televisada por ‘The Wire’, es una religión con muchos profetas.

“Él tiene el fuego y la furia / a su mando / Pero no debes preocuparte / si agarras a Jesús de la mano”

La salvación para un puñado de chavales que huyeron de una vida esclava, en cualquiera de los dos lados del juego ¬como un Bubbles o un Dee Barksdale¬, llegó por el baloncesto. Tanto que Baltimore se ha convertido en un prodigio en la historia del juego.

Hasta 27 jugadores nacidos en la ciudad (50 si tenemos en cuenta todo el Estado de Maryland), una urbe de menos de tres millones de habitantes abandonada completamente por el baloncesto profesional (ni una sola franquicia de ninguna liga se establece en B-More desde 1973), llegaron a jugar en la NBA. Una cifra alucinante para una ciudad mediana con las infraestructuras bajo mínimos y cuyo mayor valor baloncestístico es la Baltimore Catholic League, una potente competición de high schools. Nombres legendarios como Sam Cassell o Tyrone Bogues crecieron (poco, en el caso de Bogues) en el asfalto baltimoriano. Rudy Gay es hoy el máximo exponente NBA de un nativo ‘pata negra’, club selecto en el que militan Joey Dorsey y DaJuan Summers.

Algunos nombres, incluso, llegaron a la ACB. En Vitoria, Zaragoza o Fuenlabrada se acordarán de Ken ‘Animal’ Bannister, en Málaga añoran a Juan Dixon, por Barcelona pasó Gary Neal, en Sevilla y Valladolid tuvieron a Devin Gray y en Granada disfrutaron de los kilos de calidad de Corsley Edwards.

Pero, por encima de todos ellos, uno que nació en Nueva York pero creció desde los ocho en ‘La Farmacia’, el barrio en el que se basan las desventuras de camellos de poca monta a la sombra de Las Torres de ‘The Wire’: Carmelo Anthony. Melo pudo ser un niño como Mike, un adolescente como Bodie o un adulto como Avon Barksdale. Creció en el cogollo de esa sociedad enferma impermeable a la empatía, adicta a la violencia y carente de escrúpulos que se representa en la mítica serie. “Hemos visto todo lo que imagines, desde drogas a asesinatos, en las partes más duras de la ciudad”, declaró Kenny Minor, un amigo de la infancia, al ‘Rocky Mountain News’, el tristemente desaparecido periódico de Denver.

Melo vive de septiembre a mayo en un mundo absolutamente opuesto al que creció. Sin embargo, el sello B-More, y el del gueto en general, parece tatuado tan a fuego en los jugadores de la NBA que muchos aparentan no saber vivir fuera de sus códigos ni despegarse de sus miserias. Son ricos y famosos, pero hijos y consecuencia de donde nacieron. Anthony es como esos traficantes de ‘The Wire’ a los que, cuando alguien les aconseja que se marchen, dicen que no conocen otra cosa, que no sabrían vivir fuera de allí, y acaban por ser asesinados. Sólo que lo disimula de septiembre a mayo.

“Si caminas con Jesús / salvará tu alma / Pero debes mantener al diablo / enterrado en un hoyo profundo”

Imaginen ahora que Marlo Stanfield se pasara al 2.0 o que Stringer Bell se aliara con Spike Lee para promocionar su negocio. Como la ficción es una filfa al lado de la realidad, en 2004 los narcos de Baltimore editaron un DVD bajo el nombre de ‘Stop Snitchin’ (los fans de ‘The Wire’ en V.O. hemos aprendido que la palabra ‘snitch’ significa ‘chivarse’), en el que los más malos del lugar amenazaban a cámara a sus conciudadanos para que dejaran de chivarse a la policía. Editaron incluso camisetas con el lema y dianas con agujeros de bala que vestían en sus esquinas, y en una actividad algo menos creativa pero más contundente acribillaron a una mujer y sus cinco hijos por ser sospechosa de delación.

Bien, en ese DVD aparece Carmelo Anthony. Vestido con el ‘uniforme gangsta’ en color rojo, ante una fachada derruida de ‘La Farmacia’, se ríe a carcajadas mientras un traficante amigo de la infancia insta a sus vecinos a no chivarse: “¿Qué os molesta esa gente? ¿No sabéis que tienen hijos que alimentar?”, dice, ante la risa incontenible del jugador. Melo dijo que era una grabación privada que se utilizó sin su consentimiento, lo que no parecía una justificación demasiado edificante.



Además, una especie de maldición ‘wireana’ persigue a los miembros de la National Baltimore Association: Bannister fue alcohólico como Bunk o Jimmy McNulty, a Juan Dixon le retiró una sustancia por la que dio positivo que seguro que no compró en una esquina, Reggie Lewis también murió joven, aunque en su caso por muerte natural y no por cruzarse en el camino de Omar, y David Wingate fue acusado de dos violaciones al comienzo de su carrera, aunque salió limpio.

Todos ellos tuvieron la suerte de agarrar de la mano al Jesús del baloncesto. Se ganaron la vida y siguen vivos. Mientras, el drama de Baltimore sigue impulsando a sus chicos al asfalto, abandonados por sus familias y su país. Las más veces para seguir el negocio que florece a su alrededor, e insensibilizar su alma a la violencia y la injusticia bajo la letanía de que “the game is the game”, un mantra insalvable, como una plaga bíblica inevitable para la aplastante mayoría. Pero en otras ocasiones, unos pocos encuentran en el asfalto unos aros por los que encauzar su vida. Aunque muchos no consigan mantener, del todo, al Diablo enterrado.

domingo, 30 de mayo de 2010

Liu Xiang: de diamante a polvo de estrella



Por Sebastián Dulbeca (Desde Shangai)

Diez obstáculos y 13.40 segundos después, Liu Xiang, prematuro juguete roto, desdichado yin del atletismo contemporáneo, no tenía oxígeno ni palabras para explicarse ante 1.300 millones (cifra oficial) de chinos. Ahí, en la línea de meta, mientras boqueaba junto a una mancha negra que no era Dayron Robles (¿quién habló de hermandad chino-cubana?), comenzó de verdad la participación del antiguo campeón en la Diamond League Shanghai.

Para sorpresa generalizada, su triste tercer puesto dio para forzar una vuelta al estadio publicitaria, lastimosa y tan cruel que pareció premeditada. El Michael Jordan asiático (Nike 'insistit') tuvo que pasar frente al rótulo que en cada curva del estadio rememora el éxito de Beijing 2008 con afán patriotero. Unos aros olímpicos que para Xiang, hasta ese momento capaz de volar (traducción literal de su apellido), han acabado por convertirse en grilletes.

En una sociedad necesitada de héroes, la imagen del oro de Atenas 2004 abatido en el tartán del Nido de Pájaro sigue funcionando como shock colectivo, como imprevisto frenazo a sus aspiraciones de superpotencia. Decir que el vallista compareció en casa lesionado en el tendón de Aquiles por imperativo del guión no es precisamente inventar la pólvora. Tampoco hacer notar que ha pasado el tiempo de la compasión y el lamento y a Xiang no se le desea la recuperación; se le exige la resurrección. Sobre todo ahora que el otro coloso del deporte local, Yao Ming, anda igual de renqueante.

“Sostener a un país tan grande sobre tus hombros debe ser muy duro”, terció Bolt con alivio antillano en su regreso a China tras la exhibición de los Juegos. La otra perla de Shanghai, diamante reducido a polvo de estrella, fue hábil para entenderlo sin hablar una palabra de inglés. Sabedor de que aquellos instantes eternos de dolor del agosto pequinés podrían abocarle a la jubilación inminente, lleva ya tiempo mostrándose cansino en el hablar, lento en el proceder y resignado en el entrenar (“Otra lesión y me retiro”, ha confesado sin rodeos).

El pasado domingo, Liu Xiang marcó una décima más que Shi Dongpeng y casi dos y seis menos que Xie Wenjun y Jing Yin. Quizá al próximo Gran Salto Adelante ya asista como el espectador que seguro quiso ser hace dos años.

martes, 18 de mayo de 2010

¿La madre de Lebron jode a los Cavaliers?

Por David Burress
Algunos objetarán enseguida que la historia es falsa. Lo es. El rumor empezó a correr en páginas yankees como ésta. Y luego otras, como ésta, o la famosa TMZ, dejaron claro que era un rumor estúpido. Pero no es eso lo importante.

Lo importante es que si yo juego en un equipo y leo que el base de mi equipo se ha tirado a mi madre, en la ciudad se rumorea que se la ha tirado, los periodistas bisbisean que se la ha tirado, los fans creen que se la ha tirado y los hinchas rivales te recuerdan a gritos que se la ha tirado… algo influye en mi rendimiento y en las ganas de partirle la boca a mi compañero. Y eso, sólo en el caso de que no se la haya tirado. Si encima es verdad…

El hijo cornudo de la pseudonoticia es Lebron James. El base mamoncete, un pirado feo con ganas llamado Delonte West. La mamá supuestamente ligerita de cascos, Gloria James. Y el equipo, los decepcionantes Cavaliers, que acaban de tener un nuevo titulus interruptus en los playoffs frente a Boston. Daimiel & co. lo comentaron en la retransmisión y hemos intentado llegar un poco más allá para entender por qué King James no tiene todavía ningún anillo de la NBA. En Cleveland no hablan catalán. Si no, ya habrían patentado lo de Aquest any, tampoc.

Si además tu madre se tira (o se rumorea que se tira, poco importa la minucia) a un tipo serio como Ilgauskas o con cara de abogado de La Ley de Los Ángeles, como Sebastián Telfair, pues pase. Pero Delonte… un tipo con trastorno bipolar, depresión crónica, orejas de soplillo, cara de yonki y con antecedentes, pues la cosa cuesta más digerirla.

El 17 de septiembre de 2009, la Policía le paró, cuando conocía una moto de tres ruedas, por una infracción de tráfico. En un estuche de guitarra (indudable estilo), portaba una Beretta de 9 mm., un 357 Magnum y una Remington 870, sin Stratocaster ni nada. No tenía permiso de armas y podrían caerle 3 años, por mucho que se haya convertido en el jugador de basket preferido por los fans de Charlton Heston. La vista se celebra el 21 de julio.
Sin padre

Muchos en Cleveland están seguros de que Lebron James ha disminuido su rendimiento por el affaire Delonte West. “The chosen one” creció sin padre, Gloria lo tuvo a los 16 años. Lo que no le pudo dar su progenitor, ahí estaba su entrenador del Instituto San Vincent Sant Mary para dárselo. Ahora, tras 25 años de vida, no va a tener a Delonte de padrastro y mandando jugada. No se sabe quién le daba a su madre lo que tampoco podía darle el cabeza de familia imaginario. Y la verdad es que nos importa bien poco. Pero Delonte...

¿Se pronunciará Lebron? ¿Sabremos qué pasó con el tema? Muchas preguntas sin respuesta, pero lo evidente es que el “no tema” no ayuda a que James digiera mejor a los rednecks de Ohio. Quizá Lebron, al decidirse por otro equipo, nos dé alguna pista. Todo apunta a que no seguirá en el equipo de su ciudad. Ni siquiera él ha podido llevar a los Cav's a la consecución del anillo para acabar con una sequía de 49 años sin un título para el estado de Ohio en el deporte estadounidense.

El descontento de King James contrasta con la felicidad de su madre. No sabemos si esto llegará a buen puerto, lo que si sabemos es que tenemos cuerda para rato con Gloria.

Pd: Parece ser que Lebron James llamó a su amigo Derrick Rose, jugador franquicia de los Chicago Bulls, tras perder la eliminatoria contra Boston, para comunicarle que quería fichar por el equipo del estado de Illinois. La pregunta es si su madre se irá con él a Chicago o si se quedará en Cleveland. ¿sola?